Declaran al 'iru' de Plasencia en peligro de extinción

En la primera década del 2000 era muy común toparse con un 'iru', 'cani' o 'bakala' cuando uno iba andando por las calles de Plasencia. Se los encontraba generalmente en grupo, acompañados de las famosas 'chonis'. También podías cruzártelos cuando iban a toda hostia en su bólido (habitualmente un Seat Ibiza o un Hyundai Coupe) con las ventanillas bajadas y la música de Canelita a todo trapo.

La calle era suya, totalmente suya. Ibas a La Rana, allí estaban. Querías entrar en los Recreativos Galicia, allí habían hecho su fuerte. Si ibas a discotecas como el Doce Ánimas, La Imprenta o el Demociones, podías divisarlos rápidamente en la oscuridad porque portaban en el pecho un rosario de plástico que se volvía fluorescente en la penumbra.

Sin embargo, últimamente es complicado encontrar con alguno de estos ejemplares vivos. Uno ha de adentrarse en las profundidades de El Brown o de Alcatraz si quiere verlos en su hábitat natural. Sin embargo, la mayoría de ellos ya no lucen el pelazo cenicero de antaño, pues el abuso de gomina los ha dejado calvos. Ahora son padres de familia, incluso alguno ya es abuelo, debido a su animadversión al uso del preservativo.

Pese a ello, parece ser que sus descendientes han evolucionado hacia otro tipo de modas y ya no quieren oír hablar de marcas como Rottwailer o Escorpión. Ya no quieren llevar cadenas y medallones de oro. Ya no les ponen alerones enormes a sus bólidos y no petan los oídos con los subwofers en los aparcamientos de El Berrocal.

Su progenie prefiere disfrutar de su excesivo tiempo libre yendo y viniendo a sitios como La Facultad, con pintas menos llamativas, donde intentan ronear con las payas y donde marcan su territorio partiéndose la cara con cualquiera que les mire mal.

Y, aunque su descendencia dé el mismo ascazo, el 'iru', el 'cani' y el 'bakala' están en peligro de extinción. Debido a ello, hace unos meses, Fotolog volvió a nuestras vidas cargado con fotos del pasado, sirviendo como una enorme galería de especies autóctonas de Plasencia que nos recordará para siempre lo hortera que fue la primera década del siglo XXI.